jueves, 7 de febrero de 2013

El primer esparraguero

Así se titula esta entrada del blog Puerta de Osario. No es que el músico Ziryab fuera el primer esparraguero, pero sí pudo ser el que, entre las clases acomodadas de su época, lo popularizara, conocedor de sus bondades gastronóminas.


Puerta de Osario: El primer esparraguero: Me he pensado mucho si la primera vez que este personaje aparecía por el blog debía hacerlo por una cuestión en principio tan banal como ést...

martes, 5 de febrero de 2013

Las olivas de Jaén


En una entrada anterior, aclarábamos conceptos al hablar de los espárragos. También quiero hacerlo sobre el término oliva.
En su acepción más común, oliva es equivalente a aceituna. El fruto del olivo se llama aceituna en el sur de la península, aunque también recibe el nombre de oliva en el centro-norte de España y en el resto de idiomas españoles (catalán, vasco, gallego); en Hispanoamérica se usan indistintamente ambos nombres.
Pero me quiero centrar en la acepción de oliva referida al árbol, al olivo; para mi sorpresa, prácticamente nada hay en la red sobre ello. La entrada de la wikipedia sobre el término oliva señala:
El término oliva puede referirse a:
  • la oliva, el fruto del olivo;
  • la oliva bulbar, área del bulbo raquídeo;
  • el verde oliva, un color;
  • el Monasterio de Oliva o Monasterio de Santa María la Real de la Oliva, monasterio cisterciense de Carcastillo (España);
  • Oliva, género de moluscos.
El Diccionario de la Lengua Española sí recoge como primera acepción de oliva, olivo. Y poco más. En algún caso al hablar de ejemplares concretos, sí se cita con su apelativo de oliva, con mayúsculas, como la Oliva de Fuentebuena, en Arroyo del Ojanco, incluida en un Inventario de Árboles Singulares de Andalucía.

J. Martínez Marín y J.A. Moya Corral, en su libro El léxico del olivo y la almazara en Jaén  (Universidad de Granada, Instituto de Estudios Giennenses, 1982), en la página 166, escriben que “la designación jiennense por autonomasia es oliva, la cual ocupa prácticamente toda la provincia, salvo la zona suroccidental (Porcuna, Martos, Alcaudete, Alcalá la Real), en donde se emplea olivo. Esta última forma, como es sabido, es la característica de la lengua oficial. En cambio, oliva, en lo que se refiere al ámbito andaluz, aparece sólo en la provincia de Jaén y en zonas limítrofes de las provincias de Granada y Almería.

En castellano se emplearon ambas formas hasta el siglo de Oro, momento en el que se generalizó la forma olivo; ello determinó que la otra denominación, oliva, quedase relegada a zonas dialectales.”

Aunque en el siglo de Oro el olivar no tenía una presencia dominante en el campo jiennense, la evolución histórica de los cultivos ha hecho que Jaén en la actualidad sea la mayor productora mundial de aceite de oliva, coincidiendo en este ámbito geográfico la peculiaridad de denominar "oliva" al olivo. Por eso me causa extrañeza que este término, al referirnos al árbol, no esté más difundido. A ello contribuye sin duda la globalización, nos tenemos que hacer entender en todo el mundo, lo que nos lleva a utilizar términos que no se presten a confusión y, si el objetivo es dirigirse a un mercado abierto, hay que dejar a un lado los localismos. En este sentido, se explica el resultado de la pregunta que Ignacio Ahumada pasó a los alumnos de 2º de Bachillerato de 28 Institutos de Enseñanza Secundaria de la provincia: cómo se llama el árbol ¿olivo u oliva?, a la que la mayoría contestaron "olivo";  el profesor Ahumada lo atribuye al proceso de normalización lingüística de la educación, lo que provoca que tiendan a cambiar palabras de su léxico para ir en consonancia con lo que utiliza la inmensa mayoría de la sociedad. Estos datos se recogen en el libro de Ignacio Ahumada  El léxico disponible de los estudiantes preuniversitarios de la provincia de Jaén (Servicio de Publicaciones de la Universidad de Jaén, 2006).

Sin embargo, creo que debemos trabajar en salvaguardar el término "oliva", para que no se convierta en una palabra moribunda o, mejor, invisible, reivindicándola como propia, desde la escuela a los profesionales del sector olivarero de Jaén. Si se han constituido las distintas denominaciones de origen como distintivo identificativo de calidad de los aceites en cada territorio ¿por qué no aprovechar las "olivas" de Jaén y asociar este término con estos aceites de nuestra provincia y, de camino, impedimos que se vaya arrinconando en nuestro lenguaje?